Poco a poco. [Priv. Ezio]

No sé en qué momento nos habíamos acercado tanto, tal vez por mi debilidad y su necesidad de ser el predilecto de Dios, hacer todo como se "debe", esa necesidad de cuidar a los demás que le caracterizaba solo por ser lo que era..., todo aquello me había vuelto más cercana a Ezio. El maldito gorrión tenía algo extraño que me llamaba la atención, también podría ser que últimamente me sentía más sola y en eso él se parecía a mi...quiero decir...Anwar y Santiago son pareja, por lo que pasan mucho tiempo juntos y yo no puedo molestar todo el rato; por otra parte está Kyle, pero desde que esa lagartija de Aaron está cerca Kyle me ignora totalmente; con los demás no tengo demasiada relación, nunca me ha dado por hacer amigos y ahora que se supone que tengo tampoco puedo estar enganchada a ellos. ¡Y por si fuera poco encima tengo hambre! Sin embargo, Ezio se queda a veces conmigo, no me ha hecho aún ningún comentario con mala intención sobre cómo me alimento ni nada de eso, incluso...a su manera creo que ha intentado alimentarme, aunque no sirvió de nada...por mucho que junte sus labios con los mios si no hay intercambio de saliva no hace nada...además tengo la sensación de que no es una comida apropiada, fuera de mi nuevo lema "los amigos no son comida" pero cuando me besó, o hizo ese intento raro de beso, me puse nerviosa, roja y me dolía un poco el pecho...creo que definitivamente la edad le ha pasado factura y estará caducado...como aquella caja de bombones de chocolate que me dio dolor de tripa un día...
En fin, a pesar de todo le he cogido gusto a bajar a la biblioteca para verle, siempre está aquí o en el jardín, esas veces le llamo desde mi cuarto y sube por las enredaderas, ¿verdad que es para reírse? De todos modos...no sé por qué, pero me gusta su compañía, aunque me saca de quicio su poca decisión, no hace nada porque realmente quiera, solo se limita a obedecer y hacer "el bien" Idiota...
En fin, de todos modos aquí estoy, esperando a que llegue a la biblioteca...a esta hora suele llegar, espero no haberme adelantado mucho o me aburriré.

Leer, búsqueda de información, cualquier libro le bastaba, sin importar título o tema. ¿Qué importaba? La cosa era dejar de pensar en donde ahora se encontraba, aquella idea de estar alejado de Edén lo martirizaba, le hacía arder por dentro... No poder dormir, ni necesitar comer lo agobiaba, ya que siempre hacía que pensase en lo que había dejado atrás.
Pasó una mano por su cabeza, hastiado. Si hubiese tenido más habilidades como ángel de la guardia y no se hubiese dejado llevar por el alma del príncipe no habría pasado nada de aquello.

-Soy peor que un inútil -se dijo, cargando los cinco primeros libros de una estantería, sin mirar si quiera su título. Una vez había leído una angeología y la había encontrado muy divertida. No era una diversión ofensiva, pero claro... era como leer una novela de la que tú eres el protagonista, y eso siempre te arrancaba una sonrisa.

A todo el mundo menos a Ieiazel, aún sin estar acostumbrado a su nuevo cuerpo y no sabía tener ni una sola expresión facial. Tampoco él se molestaba en aprender, y las pocas que había demostrado habían sido todas delante de Lilith...
Se sentó en una mesa, abriendo el primer libro y comenzó a leer: parece que está en un idioma perdido.... Alzó una ceja, suspirando, ¿había sido culpa de un ángel de la guarda como él que la nación que hablaba ese idioma se extinguiese...?

Ezio ya estaba en la biblioteca cuando yo entré así que me acerqué por detrás, le daría un pequeño susto, pensé sonriendo para mi misma.
Me acerqué lentamente por la espalda, procurando no hacer nada de ruido y le oí insultarse a si mismo, siempre tan pesimista y dándole vueltas a lo mismo, seguramente.
Salté sobre él, agarrándome a sus hombros con una sonrisa.
-Buenas, gorrión~~ -tal vez me di demasiado impulso al saltar sobre él porque se balanceó demasiado, pero sin llegar a caer, consiguiendo mantener su equilibrio y el de los libros que llevaba.
-¿Qué lees hoy?-pregunté curiosa, cualquier cosa valía con tal de pasar una tarde entretenida con él.

Le sorprendió, tanto él como a los libros que cargaban, los cuales no cayeron de puro milagro y habilidad. Frunció el ceño, tambaleándose un poco pero logró dejarlos en la mesa a salvo. La miró de reojo, dándose cuenta entonces que se trataba de Lilith: ni siquiera le había dado tiempo a leer su alma peculiar, había estado demasiado metido en sus pensamientos que, como bien había adivinado la diablesa, eran pesimistas y siempre iban con ese tema.

-Buenas tardes -susurró, tomando asiento con un silencio increíble a pesar de estar arrastrando muebles viejos y pesados. No le agradaba romperlo y tenía ya cierta habilidad.- ¿Qué leo? No lo sé... no he visto el título... -susurró, buscándolo

-¿No miras el titulo de los libros? ¿Entonces cómo sabes que te gustan?-pregunté curiosa sentándome cerca de él. Si esta fuese una de mis técnicas de seducción me habría sentado sobre él o lo más cerca posible, pero tomé sitio justo a su lado, dejando algo de separación entre los dos y mirándole con interés. Sí, me parecía bastante interesante...tenía algo que me llamaba la atención, a pesar de saber que era un soso y un aburrido (aunque yo me lo pasaba bastante bien con él.)
-Parece que te gusta mucho leer...Dime más cosas que te gusten, apenas se nada de ti y tú ya has escuchado casi toda mi penosa vida....