Presentaciones alumnos/director - director/alumnos.

Su primera escuela. Estaba abierta y con alumnos dentro, mejor dicho, humanos que vendieron su alma a la misma muerte para poder tener una segunda oportunidad. Eso lo que quería. Estaba tan ocupado con sus cosas que ni siquiera recordó que debía de hacer una pequeña presentación de director a alumnos y de alumnos a director. De momento no habían profesores para dar clase así pues, no darían clase de momento. Pero sí tenían que estudiar algo por su cuenta los alumnos de aquel edificio de enseñanza sobrenatural. Estaba en su despacho pensando y cogió su fiel guadaña y salió de su despacho, no sin antes convocar a los alumnos a que fueran a la sala de actos. Debían estar todos presentes o cuando hubieran profesores haría que sus enseñanzas fueran duras e incluso, suspenderlas él mismo en persona (esto claramente lo hizo para que fueran todos y cada uno de ellos ya que los niños humanos que estuvo enseñando su "idea principal a lo que ahora es hoy", no iban porque sería una, como dirían ellos, estupidez).

Se teletransportó al lugar en un abrir y cerrar de ojos. Cogió una silla y la puso en medio del escenario donde él y sólo él estaría arriba. Para ello habían butacas abajo, para los alumnos. Portaba aún su fiel guadaña la que nunca soltaba ni aunque le pagaran. De tanto moverse, el brazo izquierdo se descolgó (?) cayendo. Lo recogió; Pero qué estúpido se sentía cuando pasaba eso. Era la muerte y encima se le caía todo... Se sentía mayor cuando eso pasaba aunque siguiera siendo "joven". Sus huesos hacían un ruido como si estuviera en un saco esparcido. De todas formas, pasaba de ello. Dejó la guadaña (raramente) encima de la mesa y esperó a los alumnos de pie al lado de ésta. Puso las manos atrás, entrelazadas y esperó. Tenían que venir o de verdad se iba a enfadar y no era buena señal que se enfadara y sacara su lado más oscuro pues se quería llevar bien con todos al ser tan neutral.

Santiago se presento en el salon de actos, todos los alumnos de la escuela y cuando alguien tiene tu alma y puede hacer lo que quiera con ella pues lo mejor es hacer lo que dice.

No le apetecia nada ir alli, la muerte le daba miedo, incluso estando muerto, solo la habia visto un par de veces y no le apetecia una tercera. Llego a la puerta de la sala y rezo para no ser el primero y que se fijase en él.

Entro y si, era el primero, vio al director encima del escenario, lo habria visto si o si y parecia impaciente. Ando rapido hasta las butacas de la mitad de la sala y se sento esperando que el resto no tardara mucho en venir.

B-Buenos dias director-saludo desde su sitio, no queria ser maleducado ahora

Entré en la sala, no sabía que pintaba allí, la verdad es que si iba era más por curiosidad que le daba el director que por otra cosa. Además seguro que mis amigos irían y al menos me lo pasaría mejor que encerrada sola en mi cuarto...y si algún chico se fijaba en mi podría comer algo.
Vi a colmillitos sentado, era el primero, bah! es aburrido hasta para esto...llegar el primero a una reunión del insti..¿pero qué adolescente precoz es este?

Me acerqué a él y me senté a su lado con una sonrisa tras mirar por un momento al director.
-Hola colmillitos-sonreí en el saludo para luego levantar la mirada hacia el director-Buenos días, Dire.-me senté tranquilamente, yo no estaba muerta y estaba allí solo para ver si había algún modo de recuperar mi estatus de ángel, o al menos mis alas blancas, por lo que el director no me asustaba, cosa que se veía claramente que a mi amiguito colmillitos si que le molestaba.

Era nuevo, había llegado hace muy poco al lugar y ya había una reunión. Menudo muermo... Ni si quiera sabía cómo era esto, ¿había que matricularse? ¿Se daban matemáticas? ¬¬ porque odio las mates... bah, yo no tenía por que ir a esa maldita reunión... ¿o si? habían dicho que era la propia muerte el director de este... colegio asi que, supongo que con Don huesitos no había que meterse... que yo era tonto, pero tampoco subnormal -.-"

En fin, el caso es que al final tuve que ir al salón de actos sin ganas ninguna. Por supuesto, yo no me había puesto el uniforme, porque sinceramente me parecía una tremenda cursilada, asi que fui con mi ropa caracteristica (la cual llamaba la atención porque no dejaban de mirarme, o bueno, sería mi pelo, o mis ojos... o yo entero. Bah, me da igual) metí mis manos en los bolsillos y con cara de poco interés y aburrimiento absoluto entre en el sitio.

¡Oh! que bien! ¡Soy uno de los primeros! (IRONÍA ¬ ¬ " )

Me senté en la ultima fila, tratando de que el señor huesitos no centrase su atención en mi, y esperé a ver que decía.

Tarde, tarde, tarde... ¡Llegaba tarde! Serpenteó por los pasillos, ni siquiera se había enterado de que hoy había una charla del director. Sólo se había enterado porque al llegar a la clase se había topado con un cartel en la pizarra de donde debían ir todos los de primero: así que allí iba.
Maldición, ¿qué había hecho él para no enterarse de nada? Ah, claro... la luna... había pasado una mala noche, seguramente Santiago no vio oportuno comentarle la pequeña reunión del salón de actos. A aquello se le sumaba otro problema... ¿dónde estaba el salón de actos?

-¡Si supiese transformarme...! –gruñó, pensando que a cuatro patas y con un buen olfato podría llegar con facilidad: lástima que solo pudiese sacar las orejas y no era demasiado útil en aquellos momentos.

Chocó con una puerta mientras corría pensativo, rodando a través de ella y quedando de cara al suelo. Levantó la cabeza lentamente, dándose cuenta de los asientos que había en aquella sala y que no era una clase. ¡Hey, había llegado! O eso creía.
Se levantó, parpadeando y ladeó la cabeza: aún faltaba gente, así que no había llegado tan tarde... Menos mal...

Viendo como los alumnos aparecían poco a poco, empezó a pensar que no les tenía miedo o que, en peores casos, lo odiaban (o algo parecido). No le gustaba dejarse ver mucho en público pero ahí estaba, era su deber dado a la falta de profesores. De momento se suspenderían las clases debido a esa falta de personal (algo que no le agradaba pues lo hizo algo mal desde el principio). Seguramente los chicos estallen en furor cuando diga eso o bien algunos se preocuparán por su curso pero... No. Algunos profesores ya no venían al centro a dar su clase normal, otros se despidieron hasta que se quedaron en cero. Eso le provocó una gran depresión y el encerrarse por un tiempo en su despacho.

Miraba a su alrededor a los alumnos de diferentes cursos que iban entrando. Algunos serios, otros curiosos, otros enfadados o llenos de orgullo. No le importaba nada eso, solamente que vinieran, terminar de decir sus cosas y largarse. Estar en el escenario le provocaba un terror horrendo... Hablar allí, aún más pero es por el bien de su centro, de su colegio, de la enseñanza y sus alumnos. Y de él mismo. Estaba empezando a notar el miedo allí aunque lo disimulaba muy bien. Sus alumnos en verdad se les veía estupendos, llenos de energía, y eso le hacía algo feliz. Tenían educación y debían luchar por lo que querían, ¡debían hacerlo! Por algo les dio una segunda oportunidad, ¿no? Aunque algo egoísta pues luego tuvieron que ser de ese centro que él había fundado.

Se levantó de su asiento para que lo vieran mejor, haciendo ondear su larga y oscura capa y escucharse un poco el sonido de los huesos como chocaban y como estaban haciendo el esfuerzo de levantarse. Muchos alumnos comenzaron a saludarle, algo que le agradaba. Como era de esperar, él también saludó pues no era bueno que no saludara a sus buenos alumnos, a sus "hijos".

- Buenos días, chicos. - Dijo en una voz un tanto grave pero parecía como divertida. Era su voz, no podía evitarlo. Aunque algo aguda la tenía, gangosa, mejor dicho. - Tomad asiento y esperemos que vengan más amigos vuestros o pronto empezaré la reunión sin ellos. Debo avisar de que sino vienen, no podéis decir nada, absolutamente nada de esto. - Algo que le molestaba al Señor de la Muerte era que cuando citaba a alguien, pocos vinieran. Era algo que verdaderamente le molestaba ya que "sino estuviste allí, no sabrás nada de ello". Era uno de sus lemas cuando había reunión.